El mundo de la tipografía es muy dado, como casi todo, a filias y fobias. Y sin duda la Comic Sans es una de las fuentes más detestadas del planeta (junto con Optima, Apple Chancery y la siempre enervante Freestyle Script).

Corto y pego de wikipedia: «Comic Sans es una tipografía digital de Microsoft Corporation diseñada para imitar las letras de un comic para situaciones informales. Fue creada por el diseñador de la casa Vincent Connare en 1994 y ha sido incluida en Microsoft Windows desde la aparición de Windows 95, inicialmente como parte de las tipografías suplementarias incluidas en Windows Plus Pack. Ha sido desde entonces una de las tipografías más populares de las de Microsoft.»

Probablemente este sea el origen del problema. Al ir incluido en el paquete de sistema de fuentes de Microsoft, su uso ubíquo durante la década pasada (aún hoy) en todo tipo de documentos llevó a pensar que esta fuente podría, incluso, llegar dominar el mundo. Pero no toda la culpa la tuvo la firma de Bill Gates, puesto que los extras de Microsoft en Mac Os también instalaban esta fuente en los sistemas de Apple.

Actualmente aún podemos encontrarnos esta fuente con pretensiones de gestualidad en documentos de Powerpoint, Word y sus derivados. Es decir: pasquines, portadas de informes, cartas de restaurantes (convenientemente plastificadas y con clips vectoriales de crustaceos y/0 sandwich), carteles de fiestas de fin de curso, felicitaciones familiares, etiquetas de embutido, invitaciones de boda o cualquier tipo de documento, sin que importe confidencialidad o destinatario. Sólo hace falta una impresora de chorro de tinta y un gramo de atrevida ignorancia.

En The Comic Sans Hall of Shame tenemos una variada recopilación de ejemplos, al igual que en esta galería Flickr.

No quisiera estar en la piel de Vicent Connare, el creador de esta fuente (¿cuantas veces habrá que tenido que salir huyendo una cafetería al ver la carta?), quien tambien tiene su versión del asunto: “Comic Sans no fue diseñada como una tipografía sino como una solución a un problema específico como lo es la interfaz de un programa, la tipografía comunicaba el mensaje”. Además de acusa a Apple, de plagiarle la Comic Sans con la creación de la tipografía Chalkboard. Razón no le falta.

Lo cierto es que hay que reconocerle un valor a este uso y aceptación universal. Si hubiese sido una fuente de pago, su creador sería hoy millonario. Es más, en Inglaterra, durante un test con personas disléxicas, la Comic Sans terminó siendo mejor que otras tipografías más comunes y normales. Los investigadores citaron el diseño de algunas formas como la “a” y la “g”, que a ellos les pareció novedoso. Incluso más de uno se ha dedicado a hacerle perrerías tipográficas y no ha salido tan mal parada.

¿A favor o en contra?